Documento: Academia del Siglo XXI

El Cambio de �poca, el Modo Emergente de Producci�n de Conocimiento y los Papeles Cambiantes de la Investigaci�n y Extensi�n en la Academia del Siglo XXI[1]

Jos� de Souza Silva [2]

INTRODUCCI�N

Aquel que no est� vulnerable que lance la primera piedra

La historia registrar� para la posteridad que en el ocaso del Siglo XX estamos todos vulnerables: del ciudadano al Planeta.

Una �poca hist�rica, iniciada hace m�s de 200 a�os con la Revoluci�n Industrial, ha empezado su declinaci�n irreversible. La humanidad asiste al alba de una nueva �poca. Sin embargo, la �poca emergente todav�a no est� clara; las implicaciones de sus caracter�sticas y contradicciones aun necesitan ser cr�ticamente interpretadas. Experimentamos los efectos del embate dial�ctico entre las fuerzas e intereses dominantes de la �poca vigente, que ya declina irreversiblemente, y las fuerzas e intereses emergentes de la nueva �poca, que todav�a lucha por establecerse.

En las �ltimas tres d�cadas, la humanidad ha experimentado turbulencias de diferentes �rdenes; inestabilidad de muchos procesos ambientales, sociales, econ�micos, pol�ticos, tecnol�gicos e institucionales; desorientaci�n de organizaciones cuyos marcos de referencia antes guiaban a los actores sociales, econ�micos, pol�ticos e institucionales del desarrollo; discontinuidad de prioridades que antes orientaban a iniciativas de inversi�n y desarrollo; inseguridad de la vida humana y de otras formas de vida sobre el Planeta; e incertidumbre generalizada cuanto al futuro de los ciudadanos, sus organizaciones y sus naciones. En definitiva, estos son los s�ntomas de un cambio de �poca, no de una �poca de cambios. Consecuencia: vulnerabilidad generalizada.

Ser�a sorprendente que, en medio de las turbulencias, inestabilidad, desorientaci�n, discontinuidad, inseguridad e incertidumbre que coinciden y marcan el fin del Milenio, las organizaciones no estuvieran todas vulnerables. Al contrario, lo impresionante es el hecho de que muchas de estas organizacionesespecialmente las p�blicastodav�a logren sobrevivir. No es, por lo tanto, una sorpresa que la academia en general y sus actividades de investigaci�n y extensi�n en particular est�n bajo presi�n para cambiar. Es que todas las categor�as de organizaci�n est�n igualmente bajo este tipo de presi�n. La declinaci�n de una �poca hist�rica provoca una cadena de impactos que afectan en mayor o menor grado a naciones y organizaciones.

Ninguna categor�a particular de organizaci�n est� experimentando una crisis que le es exclusiva. Todas las categor�as de organizaci�n, incluyendo la de educaci�n agr�cola superior y rural, est�n bajo los impactos cruzados del conjunto de los cambios globales que est�n cambiando la �poca hist�rica actual.

Cuando muchos tiemblan, el temblor de uno no puede ser entendido sin la comprensi�n del por qu� tantos tiemblan. Esta es la raz�n porque los an�lisis sobre la crisis aislada de una cierta categor�a de organizaci�n, como la universidad, es necesariamente incompleta, corriendo el riesgo de que sus diagn�sticos y propuestas de soluci�n sean inadecuados, por asumir una falsa premisa. Existe un contexto cambiante que es m�s amplio que cualquier categor�a de organizaci�n, lo que afecta a todas las categor�as sin excepci�n. Eso ocurre de forma y en intensidad diferenciadas. Por eso, en un cambio de �poca, comprensi�n se transforma en el ingrediente m�s escaso y, por lo tanto, m�s cr�tico para orientar la formulaci�n de propuestas y la articulaci�n de acciones. Este trabajo est� dise�ado para aportar al proceso de construcci�n de comprensi�n.

El presente documento est� dividido en cuatro partes. La primera aporta elementos de referencia para contestar a la pregunta: �Una �poca de Cambios o Un Cambio de �poca?. La segunda parte revela los principales procesos en marcha en el entorno cambiante (incluyendo la emergencia de un nuevo modo de producci�n de conocimiento) cuyas caracter�sticas y prop�sitos lanzan luz sobre la naturaleza y consecuencias de la mayor�a de los cambios globales en marcha. La tercera parte sintetiza algunas de las contradicciones asociadas al cambio de �poca y a la �poca emergente. Finalmente, la conclusi�n comparte algunas reflexiones[3] indicativas de los papeles cambiantes de la investigaci�n y extensi�n en la academia del Siglo XXI.

��POCA DE CAMBIOS O CAMBIO DE �POCA?

La pregunta que no est� siendo contestada

�Una �poca de cambios o un cambio de �poca? La respuesta a esta pregunta moldea de forma substantiva la premisa orientadora de los cambios en organizaciones, sectores y naciones (De Souza Silva 2000). En el presente, muchos tienden a hacer falsas promesas y a proponer soluciones inadecuadas para la mayor�a de los problemas del fin del Siglo XX y de los desaf�os del Siglo XXI. La raz�n fundamental para eso es que estos actores asumen la falsa premisa de que estamos en una �poca de cambios.

Para distinguir entre una �poca de cambios y un cambio de �poca

Una �poca de cambios es aquella en que su identidad est� establecida de forma inequ�voca y en la cual sus caracter�sticas son reconocidas sin ser cuestionadas en sus consecuencias. Por su relativa estabilidad, una �poca nos permite identificarla de forma relativamente f�cil. Al contrario, un cambio de �poca es un momento de la historia de la humanidad en que las caracter�sticas de la �poca hist�rica vigente est�n en deterioro irreversible y sus consecuencias para el desarrollo est�n bajo cuestionamiento inexorable por parte de la mayor�a de las sociedades.

Por la inestabilidad que lo caracteriza, un cambio de �poca no es f�cilmente identificado, por lo menos cuando est� en su inicio. Sin embargo, existen algunos elementos de referencia cuyo desempe�o en cualquier tiempo puede revelar si estamos en una �poca de cambios o en un cambio de �poca. Cuando son transformadas de forma cualitativa y simult�nea las relaciones de producci�n, relaciones de poder, formas de la experiencia humana y cultura, estos elementos de referencia acusan en su desempe�o los efectos de estos procesos transformacionales. Una palabra de precauci�n: no es suficiente verificar si uno u otro de esos elementos orientadores est� en crisis para concluir que empez� un cambio de �poca; ser� necesario examinar el desempe�o de todos los elementos. S�lo la simultaneidad de cambios cualitativos en todos ellos es el indicador verificable de un cambio de �poca.

Visi�n de mundo y paradigma internacional de desarrollo

Durante una determinada �poca el desarrollo ocurre bajo la influencia de una visi�n de mundo y de un paradigma tecnol�gico asociados a un modo de desarrollo dominante. En torno al a�o 1500 la visi�n de mundo era una visi�n org�nica asociada al modo de desarrollo medievalagrarianismo; a esta visi�n de mundo correspond�a un paradigma tecnol�gico org�nico tambi�n dominante. Hace cerca de dos siglos que esta visi�n org�nica fue reemplazada por la visi�n mec�nica de mundo asociada al modo de producci�n modernoindustrialismo; a esta visi�n de mundo corresponde un paradigma tecnol�gico mec�nico igualmente dominante. Sin embargo, hoy d�a la visi�n mec�nica de mundo y el enfoque desarrollista del industrialismo han perdido su validez como las referencias m�s amplias para influenciar los modelos nacionales de desarrollo. Desde hace tres d�cadas, la humanidad est� criticando de forma generalizada la vulnerabilidad de la �poca vigente; al mismo tiempo en que pas� a reivindicar una visi�n de mundo y un enfoque para el desarrollo que tuvieran el potencial de conducirla a una �poca mejor y m�s sostenible (Capra 1982; Hobsbawm 1994).

Naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo.

En una determinada �poca, la naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo est�n bien definidos y sus consecuencias no est�n bajo cr�ticas generalizadas. Al contrario, hace tres d�cadas que la humanidad critica de forma irreversible los costos ambientales, sociales y econ�micos asociados a la naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo. El crecimiento material y el desarrollo tecnol�gico logrados por la humanidad han cobrado un alt�simo nivel de degradaci�n ambiental, alto grado de erosi�n de los recursos naturales, excesiva concentraci�n en el uso y tenencia de la tierra, profunda exclusi�n social y crecientes brechas econ�micas y tecnol�gicas entre las sociedades desarrolladas y en desarrollo (Mander y Goldsmith 1996; Callaghy 1997; Heredia 1997).

Marcos orientadores del desarrollo.

Cada �poca (re)define lo que es moderno al establecer los elementos de referencia para moldear la contemporaneidad en la forma de pensar y de actuar de los actores sociales, econ�micos, pol�ticos e institucionales que aportan al proceso de desarrollo. Entre estos elementos orientadores est�n: valores, principios, conceptos, enfoques, modelos, paradigmas, premisas, promesas, etc., que sirven como gu�as para los actores del desarrollo. Durante la vigencia de la �poca que los estableci�, estos elementos son relativamente estables y confiables; no est�n bajo cuestionamiento generalizado. Sin embargo, desde inicio de los 70 que estos elementos que constitu�an los marcos orientadores de la �poca anterior est�n perdiendomuchos ya han perdidola capacidad de continuar sirviendo como gu�as confiables y v�lidas. Hace m�s o menos tres d�cadas que todos los modelos nacionales de desarrollo han entrado en una crisis irreversible como consecuencia de la crisis del paradigma internacional de desarrollo que les serv�a de gu�a m�s amplia. Esta crisis de los modelos nacionales de desarrollo erosiona la coherencia de los elementos orientadores que fueron concebidos para influenciar a los actores sociales, econ�micos, pol�ticos e institucionales del proceso de desarrollo nacional (Lindo 1996; Capra 1996).

Premisa para el cambio

En una determinada �poca, la premisa para el cambio de las organizaciones y naciones es interna: organizaciones y naciones deben cambiar por razones internas asociadas a sus estructuras y formas de funcionamiento. No existiendo turbulencias substantivas en su entorno relevante, muchas de ellas tomar�n iniciativas de cambio basadas principalmente (pero no exclusivamente) en sus errores, limitaciones, necesidades, potencialidades y aspiraciones internos. Al contrario, durante un cambio de �poca, las razones para empezar iniciativas de cambio est�n fuera y no dentro de las organizaciones. Cambios profundos en las relaciones de producci�n, relaciones de poder, formas de la experiencia humana y cultura (Castells 1996) pasan a generar turbulencias de diferente naturaleza; lo que inevitablemente provoca inestabilidad, desorientaci�n, discontinuidad, incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad generalizadas. En mayor o menor grado, todas las naciones y organizaciones tiemblan en este contexto. Pero, las razones son externas: su entorno est� cambiando r�pida y profundamente. As�, una premisa externa para el cambio permite a naciones y organizaciones comprender la racionalidad del cambio de �poca para tomarla como referencia para dise�ar su modelo de gesti�n en iniciativas de cambio.

Naturaleza de los cambios

Cuando la premisa para el cambio de las organizaciones y naciones es interna, los cambios son generalmente de naturaleza incremental; pues estos buscan principalmente (pero no exclusivamente) aumentar la eficiencia de los procesos internos y la eficiencia del uso de los diferentes recursos de estas organizaciones y naciones. As�, cambios dentro de una cierta �poca generalmente se concentran m�s en los medios que en los fines, ya que los �ltimos no est�n bajo cuestionamiento. La excepci�n ocurre cuando, por ejemplo, una naci�n radicalmente transforma su Proyecto de Sociedad y modo de producci�n, independiente de la existencia de un cambio de �poca, como hizo Cuba a trav�s de su revoluci�n en 1959. Al contrario, durante un cambio de �poca, la naturaleza, rumbo y consecuencias del desarrollo estar�n bajo cuestionamiento irreversible; por ello, los cambios a realizar en las organizaciones y naciones estar�n tambi�n m�s asociados a los fines que a los medios. Esta es la raz�n por la que un cambio de �poca exige primero cambios transformacionales. Todo estar� bajo cuestionamiento, incluyendo la naturaleza, misi�n, objetivos, enfoques y prioridades institucionales de las organizaciones (Nadler et al. 1995).

Proceso de desarrollo tecnol�gico.

Sin presiones excepcionales, una �poca generalmente no exige revoluciones tecnol�gicas, lo que normalmente ocurre es una evoluci�n tecnol�gica para atender a los cambios incrementales propios de la �poca. Eso porque una �poca de cambios no es caracterizada por cambios radicales en las relaciones de producci�n, relaciones de poder, experiencia humana y cultura. En cambio, en este final de Siglo, una revoluci�n en torno a la tecnolog�a de la informaci�n, iniciada m�s o menos a inicios de los a�os 70, est� otra vez cambiando la visi�n de mundo y el paradigma internacional de desarrollo. Mientras todav�a no hay consenso sobre cu�l ser� la nueva visi�n de mundo,  el paradigma informacionalmoldeado principalmente (pero no exclusivamente) por la revoluci�n en la tecnolog�a de la informaci�n y sus impactos en otras revoluciones tecnol�gicasya est� pr�cticamente establecido. Este paradigma est� siendo instrumental en conducir la humanidad de la �poca del industrialismo a la �poca del informacionalismo; de la misma forma como el paradigma mec�nico de la revoluci�n industrial fue instrumental para la transformaci�n de la racionalidad del agrarianismo en la l�gica del industrialismo. Junto con las crisis en cadena que erosionan la �poca vigente, esta revoluci�n tecnol�gica aportar� profundas transformaciones en las relaciones de producci�n, relaciones de poder, experiencia humana y cultura. Inclusive otras revoluciones, como la biorevoluci�n, que ocurre principalmente (pero no exclusivamente) en torno a la gen�tica molecular, no ser�an posibles sin los avances de la tecnolog�a de la informaci�n (Castells 1996).

Grado de estabilidad y de satisfacci�n experimentado por la humanidad

Una �poca se caracteriza por la existencia de un relativo grado de estabilidad y satisfacci�n; hecho posible en gran parte por la correlaci�n de fuerzas que prevalecen en un determinado tiempo. Es obvio que hay momentos dentro de una determinada �poca que la inestabilidad y la insatisfacci�n aumentan; pero no como resultado de transformaciones estructurales y simult�neas en las relaciones de producci�n, relaciones de poder, experiencia humana y cultura. Eso es lo que generalmente pasa en periodos de guerra, cuando las relaciones de poder poden ser profundamente afectadas, como ocurri� a partir de la Segunda Guerra Mundial, pero lo mismo no pasa de forma concomitante con las relaciones de producci�n, experiencia humana y cultura. En cambio, hace tres d�cadas que el grado de inestabilidad y de insatisfacci�n nunca estuvo tan alto en la historia moderna de la humanidad. Sin embargo, en este caso los cambios son estructurales y simult�neos en las relaciones de producci�n, relaciones de poder, experiencia humana y cultura (Castells 1996, 1997, 1998).

En s�ntesis, durante una cierta �poca, naciones y organizaciones encuentran gu�as para orientar su forma de pensar y actuar, lo que amplia las bases de su sostenibilidad. Al contrario, en un cambio de �poca las organizaciones y naciones tienen las bases de su sostenibilidad erosionadas o destruidas por los impactos de turbulencias cuyos epicentros de temblores tienen origen fuera y no dentro de ellas.


[1] Trabajo invitado para la I Conferencia Interamericana de Educaci�n Agr�cola Superior y Rural, organizada por el Instituto Interamericano de Cooperaci�n para la Agricultura (IICA), realizada en Panam�, 16 -19 de noviembre de 1999. El presente trabajo es derivado de los resultados de un estudio prospectivo m�s amplio, desarrollado para contestar a la pregunta: �Una �poca de Cambios o Un Cambio de �poca?, cuyos resultados est�n articulados en un documento en progreso: La Cuesti�n Institucional: de la vulnerabilidad a la sostenibilidad institucional en el contexto del cambio de �poca. La visi�n y opiniones compartidas aqu� no necesariamente coinciden con la visi�n y opiniones de la organizaci�n a la cual pertenece el autor.

[2] Ingeniero Agr�nomo brasile�o con Maestr�a en Sociolog�a de la Agricultura y Ph.D. en Sociolog�a de la Ciencia y Tecnolog�a; ex-Jefe de la Secretar�a de Gesti�n Estrat�gica de la Empresa Brasile�a de Investigaci�n Agropecuaria (EMBRAPA); y actual Gerente del Proyecto Nuevo Paradigma, del Servicio Internacional para la Investigaci�n Agr�cola Nacional (ISNAR). El Proyecto es financiado principalmente (pero no exclusivamente) por la Agencia Suiza de Cooperaci�n para el Desarrollo y la Cooperaci�n (COSUDE), cuya finalidad es contribuir a la sostenibilidad institucional de organizaciones de ciencia y tecnolog�a agropecuaria en Am�rica Latina. San Jos�, Costa Rica. E-mail: [email protected]